
“Ya no aguanto estar aquí”: así es vivir encerrado en una cárcel para migrantes en Texas
En pleno auge de la política antimigratoria de Donald Trump, miles de personas están siendo detenidas y encerradas en pésimas condiciones.
En la celda A1 del centro IAH Polk, en Livingston, Texas, viven ocho hombres que explican a EL PAÍS su día a día en lo que describen como “el infierno”. “Ya no aguanto estar aquí”, explica uno de los afectados.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Desde hace meses, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) opera bajo una orden federal de detener a 3.000 personas al día.
- Esta cifra supera los recursos disponibles: a mediados de junio, el ICE tenía casi 60.000 personas bajo custodia, cuando el presupuesto aprobado por el Congreso solo contemplaba 41.500 plazas.
Un nuevo plan: para contener el colapso, el Gobierno de Trump impulsa un plan presupuestario de 45.000 millones para ampliar estos centros.
- Pero ahora, la sobreocupación, la falta de condiciones dignas y la presión constante llevan a muchos detenidos a optar por una salida más rápida y barata para el Estado: la autodeportación.
¿Qué puede pasar ahora? El ICE ofrece una vía llamada salida voluntaria, que en teoría mejora las condiciones para regresar legalmente al país en el futuro. Algunos incluso reciben hasta 1.000 dólares si se marchan por su cuenta.
- El objetivo final no es deportar a los millones de migrantes indocumentados —algo inviable y muy caro—, sino que abandonen EEUU por sí mismos. Hasta abril de 2025, ya lo han hecho unas 5.000 personas.
©Foto: Kansas City Star (Getty Images)