
Los ansiolíticos que acaban en los ríos están volviendo más atrevidos a los salmones
El gran consumo de ansiolíticos en los humanos está cambiando el comportamiento de los salmones.
Empecemos por el principio. Los salmones nacen en los ríos e inician en la juventud su camino al mar: un peligroso viaje en el que se mueven en bancos para defenderse de otros depredadores. Tras años en aguas saladas regresan al río al que nacieron para aparearse y morir.
¿Y qué tiene eso que ver con los ansiolíticos? Enormes cantidades de medicamentos acaban en los ríos de todo el mundo y ahora un estudio ha comprobado que vuelven a los salmones más atrevidos y elevan sus probabilidades de sobrevivir en su camino al océano.
- En un experimento se ha comprobado que los que consumen ansiolíticos se mueven menos en grupo, pasan antes las turbinas de las presas y no temen a otros peces.
Y no es bueno… El equilibrio ecológico de una especie y con las que interacciona se ha fraguado durante miles de años y cualquier cambio en su comportamiento natural puede alterar el ecosistema.
© Foto: Jeff J. Mitchell (Getty)
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