VIOLENCIA MACHISTA

Quién era Gisèle Halimi, la abogada que cambió la forma en que Francia percibe (y juzga) la violencia sexual

“La vergüenza tiene que cambiar de bando”. Es una frase que las feministas en Francia utilizan desde hace años, y que Gisèle Pelicot volvió a repetir durante el proceso en el que se juzgan a su marido y otros 51 hombres por violarla mientras estaba inconsciente.

Es una frase de Gisèle Halimi, abogada que en los años setenta se ocupó de un famoso caso de violencia sexual:

Defendió a Anne Tonglet y Araceli Castellano, una pareja de belgas que habían sido violadas por tres hombres en una cala cerca de Marsella.
Consiguió que el juicio no se diera a puerta cerrada, para que la ciudadanía (a través de la prensa) tomara parte en el debate.

¿Por qué es importante? El trabajo de Halimi hizo que en Francia cambiara la percepción social y política de la violencia sexual.

Antes, las agresiones sexuales se consideraban delitos, con penas de dos meses a cinco años.
Poco después del juicio, se dio un cambio en la ley: se amplió el concepto y los supuestos, subió la pena y, además, dejó de considerarse que en una relación no puede producirse una agresión.

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