Hablamos de bodas con personas a las que les gustan las bodas
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Reflexiones, ideas y anécdotas de dos futuras novias
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S. R. C. Se Ruega Confirmación
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BRENDA VALVERDE RUBIO
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Mis respetos a quienes las hacen DIY (Do It Yourself). / GETTY
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¡Hola! ¿Cómo va todo?
Hoy comparto con vosotras uno de los dilemas que tengo ahora encima de la mesa: las invitaciones de boda en papel. Esas creaciones en las que en algunas ocasiones aparecen los nombres y apellidos (y cuánto más largos, mejor) de los padres de los futuros novios; en las que se invoca a Dios para que el enlace se lleve a cabo (D. M., o Dios Mediante); y en las que se ruega confirmación añadiendo al final las siglas S. R. C. Entiendo que para algunas personas no sea un dilema sino una tarea más, pero nosotros, que hemos ido a muchísimas bodas entre los dos, nos preguntamos realmente si a la gente le hace ilusión y si sirven para algo.
¿Por qué? Pues porque no sabéis la cantidad de veces que he leído en grupos de Whatsapp de amigos si la boda era de tarde o de mañana, si había autobuses, incluso si la ceremonia y la fiesta se celebraban en el mismo lugar. ¿Y sabes dónde estaba toda esa información? En la invitación que cuidadosamente los novios prepararon y entregaron uno a uno a todos los invitados.
Quizá sea el primer dilema que aparece por aquí que no está relacionado con el desembolso, ya que no es un gasto muy elevado, es más por la utilidad y el trabajo que conlleva, tanto crearlas como quedar con todos los destinatarios. A esto se le une que hacer invitaciones en papel no te exime de tener que crear otras herramientas o recursos con información sobre hoteles, autobuses, preboda o los famosos cuestionarios para que la gente comunique sus alergias y opciones gastronómicas. Esto último me han dicho que es una fuente de información privilegiada para saber si alguna amiga está embarazada pero aún no lo ha comunicado al grupo😁. También lo es para saber el estado de algunas parejas, si un amigo con una relación larga te confirma muy pronto que va a ir solo y no te da ninguna excusa, sospecha🧐.
¿Y qué alternativas hay a las invitaciones de papel? De momento, yo he encontrado invitaciones digitales, webs o redes sociales personalizadas, como una cuenta de Instagram en la que los novios van colgando detalles e información de servicio para sus invitados. Si conoces alguna otra opción, cuéntamela en deboda@elpais.es, por favor.
Aunque nosotros aún no hemos decidido qué hacer, lo que sí tenemos claro desde hace meses es una línea roja: no habrá un número de cuenta por ningún lado. Si alguien quiere hacernos un regalo, bienvenido sea, y en privado daremos los datos que necesiten. Y a ti, ¿qué te parece ese tema? Te lanzamos una encuesta a continuación para conocer tu opinión:
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LA REFLEXIÓN DE SARA, LA OTRA NOVIA
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No habrá invitaciones físicas en nuestra boda. Nosotros hemos quedado con las personas a las que invitamos o hemos hecho llamadas con las que están más lejos. También hemos aprovechado estos encuentros para decirles que esa era la invitación formal, que no hacía falta que esperasen el sobrecito. El resto de la comunicación la hemos planificado a través de mensajes vía Whatsapp, porque al final es lo más práctico y así todo el mundo tiene la información a mano:
La fecha y el lugar. Un Save the date muy básico. Lo mandamos después de la quedada o llamada con los invitados, para que las palabras no se las lleve el viento.
Hoteles. Como hay muchos invitados que necesitarán alojamiento, hicimos una selección de hoteles cercanos para intentar facilitarles un poco la vida. Aquí tenemos un truquito. Podéis escribir a los posibles alojamientos para contarles lo del enlace y ver si os hacen precio al prever la reserva de varias habitaciones. Nosotros lo hemos hecho y nos han dado un código descuento para que los invitados lo disfruten.
Formulario. Lo haremos seguramente con Google Form, pero hay otros. Aprovecharemos este mensaje para saber si traen a los peques o no, alergias o intolerancias alimentarias, dónde se alojan, si necesitan autobús o no, etc.
Confirmación. Será un mensaje para pedir la confirmación definitiva. Sobre todo porque será necesario saberlo para cerrar el presupuesto del catering. Nos casamos en junio, así que en nuestro caso haremos la petición a principios de mayo, más o menos.
Recordatorio. Lo enviaremos 10 o 15 días antes de la boda con la información principal para que la tengan a mano.
Antes de continuar, quiero que tengas claro que nosotras no juzgamos, porque cada persona tiene unas circunstancias y celebra la boda que quiere o puede. “Me han llegado a reclamar el dinero meses antes de la boda para poder afrontar los gastos”. No me ha pasado a mí, pero sí a alguna amiga. Nosotros no estamos de acuerdo con esta dinámica de que los invitados te paguen la boda por obligación. Por eso, y al igual que Brenda, no vamos a dar el número de cuenta. Para nosotros, hacerlo sería como si invitas a alguien a tu cumpleaños y pides o esperas el dinero que ha costado la comida o lo que hayas organizado, ¿qué invitación es esa? Si alguien quiere hacer un regalo, estaremos encantados de recibirlo, de la forma en la que el invitado considere oportuna :)
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Me parece delicado intentar ser original, puede que crean que te casas con un Bridgerton. / GETTY
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Esta semana he descubierto...
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Que existe la opción de hacernos nuestras propias alianzas. Llegué a la cuenta de Instagram de Irene y de Clara a través de una conocida y descubrí sus talleres para que las parejas hagan con sus propias manos (y algún que otro artilugio) los anillos de casados. Con lo manazas que soy, nunca lo vi una opción para mí, pero me parece precioso forjar de manera tradicional unas piezas que vas a llevar tanto tiempo (supuestamente). Además, existe la opción de utilizar oro de otras joyas, lo que me parece muy romántico, alianzas que en realidad son una mezcla de recuerdos familiares.
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Nerviosímetro
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Nuestro contador particular.
Estado: recuperándome después del tabardillo tras echar un ojo a Booking el otro día. Resulta que en la ciudad donde me caso hay poca oferta de alojamientos, pero además ese fin de semana hay más bodas, por lo que algunas opciones ya no están disponibles. Los nervios han ido a menos porque ya he conseguido bloquear habitaciones y conseguir algún descuentillo para los invitados que vienen de fuera.
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Sí quiero / no quiero
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Las confesiones de alguien casado sobre qué repetiría y qué no
Esta semana es mi compañera Silvia Cruz Lapeña, la voz del periódico, la que nos habla de su boda.
“Yo, de mi boda, cambiaría el sujetador que usé aquel día de agosto. El vestido era fucsia, con flores blancas y verdes, de tirantes finos, no era nuevo y me había costado 14,99 euros en unas rebajas. Era precioso y fresco y yo estaba reluciente y bronceada. O eso decía la gente. Pero una siempre cree que algo le falta o, como en este caso, le sobra. Y por eso decidí ponerme un sujetador de algodón, a priori cómodo, que acabó dándome un calor horrible. Podría habérmelo quitado, sí, pero como lo barato sale caro, el vestido se dio de sí un poquito y una cosa era liberarme del sostén y otra, muy distinta para mí, acabar enseñando las tetas. Así que tengo claro que debí dejarme los complejos en casa y acudir a dar el "sí, quiero" con el pecho suelto y libre, tal como fui yo a casarme con Daniel, ese hombre increíble que es lo único que de verdad, de verdad, de verdad yo no cambiaría de mi boda”.
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De novias
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Instantáneas y curiosidades de novias
Como esta es la semana grande del cine español, quiero compartir con vosotros una novia muy lorquina. Se trata de Inma Cuesta en la película La Novia, basada en las Bodas de sangre de Federico García Lorca. Aunque el desenlace, tanto del vestido como de la trama, es bastante trágico, ¿qué me decís del tocado que lleva? A mí me parece que eclipsa todo lo demás.
Por cierto, la directora de la peli, Paula Ortiz, está nominada en esta edición por un peliculón que os recomiendo: La virgen roja.
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¡Qué mirada la de esta actriz! / JORGE FUEMBUENA
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Aquí tienes todo lo que hemos escrito:
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Si te apetece contarnos tu experiencia, contestar a alguna de nuestras preguntas o sugerirnos un tema, puedes escribirnos a deboda@elpais.es. Y si te han reenviado este correo y quieres recibir cada semana el boletín en tu correo puedes apuntarte aquí.
¡Feliz semana! Nos leemos pronto.
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BRENDA VALVERDE RUBIO
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Es redactora en el LAB de EL PAÍS. En este equipo multidisciplinar experimenta con formatos y nuevas narrativas para contar las grandes historias del periódico. También coescribe las newsletters Correo Sí Deseado y De Boda. Antes trabajó en Verne, Newtral y El Confidencial. Es licenciada en Periodismo por la UCM y Máster de periodismo ABC-UCM.
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