Martín Piñol

Solo hay que ver los telediarios: la mitad de la gente a la que le acercan un micro se la toca, se la recoloca o lleva la nariz por fuera. Suerte que los niños lo han entendido mejor y más rápido

El ritmo escolar, laboral y familiar se rompe y toca resituarse como buenamente se pueda: ¿podremos aguantar todo un curso así?

Una sola semana y la clase de mi hija inauguró la temporada de virus en el colegio. Un honor precoz que habríamos esquivado con gusto

Estos días, el debate sobre ello ha sido vivo entre padres, o como dicen los redactores ansiosos de clics, “las redes han ardido”

Sin ser un experto, intuyo que la carga viral y el rato de contacto determinarán mucho el peligro y que un abrazo callejero no es lo mismo que horas compartiendo aula cada día

Gente de educación, ya seáis personal docente, administrativo o de servicios, gracias por adelantado

La pasión infantil por ellos siempre es una buena excusa para entrar en librerías y museos, ver documentales… y además te salvan cualquier cumpleaños u ocasión especial

Cuando esta semana se han hecho públicos los calendarios escolares del próximo curso ya ni los he apuntado en la agenda, total, ¿para tachar las fechas dentro de nada?

No todos tenemos el típico pueblo idílico que te lo soluciona todo y este problema lo volveremos a sufrir en septiembre cuando abran los colegios.

Tenemos por delante el mismo tiempo que hemos estado confinados, pero ahora con el plus de más calor, más agobio con las mascarillas y menos respeto hacia las normas

Ahora pensemos qué vamos a hacer los próximos dos meses y medio sin colegio

Trece semanas de confinamiento infantil y, pese a toda la desgracia mundial, emociona que nuestros hijos puedan redescubrir la magia de nuestras ciudades

Doce semanas de confinamiento infantil y todavía quedan muchas incógnitas por resolver sobre lo que acarreará para los niños la nueva realidad

Once semanas de confinamiento infantil: ¿cómo puede ser que una niña de cinco años vea claro que hay que seguir las medidas de higiene y los adultos y adolescentes no?

Décima semana de confinamiento infantil y uno de los efectos más inesperados fue nuestro cambio de moda súbito. Ahora con los paseos, ¿tenemos que hacerlo otra vez?

Aún así, es maravilloso cuando con el Zoom se ponen distintos fondos de pantalla, como la playa, y juegan a nadar o a tomar el sol, olvidándose de encierros y pandemias

Si se cumple la hoja de ruta del Gobierno, aún nos quedan casi dos meses para la libertad. El mismo que llevamos encerrados en casa

Estamos descubriendo que no era lo mismo esperar con ganas una película mientras haces tu vida normal que esperar algo tan tonto como poder salir con tu hijo a la calle

Me quito el sombrero ante los típicos padres americanos que educan a sus hijos en casa toda la vida en vez de escolarizarlos

Cocinar en familia es bucólico, pero cuando podamos salir con mi hija, iremos de restaurantes hasta que hayamos revitalizado todo el pequeño comercio del barrio

Tras un mes de confinamiento, muchos progenitores hemos alcanzado ya la fase que los científicos denominan “estar hasta las narices de todo”

Si necesitamos 21 días para adaptarnos a cualquier situación, ahora todos podemos hacer de Samanta Villar

Por primera vez, saludamos a los vecinos de ventana a ventana, aplaudimos juntos, y también escuchamos su música, queramos o no

Si algo nos sobra ahora es gente explicando su día a día encerrados en sus casas. Aquí tenéis otra innecesaria columnita del confinamiento

No servirá de nada preocuparnos de que los niños no tomen demasiado azúcar si al final peta todo y tienen que vivir un 'Mad Max' de bajo coste

Lo importante es que el cariño permanece, que con una chuleta en el móvil la cagas menos, y que, tranquilos, a ellos les pasa lo mismo

Cada vez que vamos al parque infantil, nos topamos con gente fumando porros allí mismo o con perros grandes y sueltos que corren hacia los niños

Muchos nos preocupamos de la calidad de la alimentación infantil, pero se habla poco de la cantidad que comen los niños, sobre todo cuando sales fuera

Internet está lleno de teorías sobre el número de obsequios que deben recibir los más pequeños de la casa. El sentido común siempre es un acierto, ¿o no?

Que sean ellos los que elijan sus propias películas les empodera. Y tienen mucho donde elegir, así que entre ir a cazar la peli y verla después, ya pasas la tarde

¿Por qué a partir de los cuatro años los niños ya no duermen después de comer en el aula?

Si optamos por ellas, intentemos estar interesados y presentes en la actividad, aunque sea simplemente llevándoles nosotros y quedándonos cerca

Segunda batería de películas recientes que os emocionarán, entretendrán o harán reír a lo loco, pero sobre todo, que os harán pensar en las relaciones familiares

Pues salvando las distancias, imaginad lo que supone para nuestros hijos que un desconocido les exija cariño instantáneo y efusivo