Hace un tiempo me pidieron que diera una charla a unos alumnos de primaria españoles sobre el trabajo humanitario que llevo realizando algo más de una década. El objetivo era concienciarlos sobre algunos aspectos de la pobreza y la cooperación, pero sobre todo quise enfatizar que, a pesar de las aparentes diferencias entre culturas, existen muchas más similitudes e intereses comunes. Es indudable que la guerra, la pobreza y las limitaciones más básicas dejan un impacto indeleble en la vida de cualquier persona. Los niños, desde luego, no viven ajenos a estas crudas realidades. Y sin embargo… siguen siendo niños y ¡también quieren jugar! En esta selección de imágenes que comparto a diario en mi Twitter @diegofgphoto he querido destacar ese aspecto de la vida de niñas y niños en paralelo a los conflictos.
Afganistán, 2011. Y por alguna misteriosa razón algo que atrae a los críos de cualquier cultura es subirse a los árboles... Antes de mostrarles esta foto y la siguiente a los alumnos de primaria, les pregunté si ellos lo habían hecho alguna vez, a lo que la respuesta unánime fue, claro está, que sí… La imagen se tomó durante un viaje al terreno para visitar un proyecto de alimentos por trabajo en Dehdadi, al norte de Afganistán.
Diego Fernández Gabaldón (PMA)2005, Darfur, Sudán. Esta otra foto, en similares circunstancias, la tomé durante uno de mis paseos a la caída del atardecer en una población del norte de Darfur llamada Kabkabiya, donde residí algo más de año y medio. En aquel momento, al principio de la crisis en Darfur, la seguridad era relativamente buena, lo que me permitía dar largos paseos al acabar mi jornada, acercarme a la población y aprovechar la mejor luz del día para hacer fotografías.Diego Fernández Gabaldón (PMA)2006, Darfur, Sudán. Podría ser un grupo de niños jugando en el patio de cualquier colegio, pero no. Esta imagen se tomó en Abu Shouk, uno de los mayores campos de desplazados por la guerra en Darfur. No me deja de llamar la atención ver cómo estos niños parecen vivir ajenos a las injusticias que les han tocado vivir.Diego Fernández Gabaldón (PMA)2011, Mazar e Sharif, Afganistán. Plaza de la bellísima mezquita azul de Mazar e Sharif a la llegada de la primavera. Según la creencia de algunos musulmanes, aquí yace Ali, yerno del profeta Mahoma, y origen del cisma entre sunitas y chiitas. En el año 2002, pocos meses antes del comienzo de la guerra en Irak, también tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Najaf, donde otra parte de la comunidad musulmana cree que está la tumba de Ali.Diego Fernández Gabaldón (PMA)2005, Darfur, Sudán. Así me recibió esta pequeña cuando fui a visitar este espacio de acogida para niños de Save the Children España en el pueblo de Mukjar, muy cerca de la frontera con Chad. Este tipo de centros tienen como objetivo proveer un espacio para que los niños y niñas puedan aprender, relacionarse y recuperarse del estrés causado por la guerra y los desplazamientos.Diego Fernández Gabaldón (PMA)Campo de refugiados de Kakuma, 2012, Kenia. Con 11 nacionalidades distintas registradas, trabajar en este campo de refugiados del norte de Kenia resulta fascinante. Se da la circunstancia además de que, a diferencia de otros muchos lugares donde realizamos nuestro trabajo, la seguridad en Kakuma me permitía caminar libremente por el campo y hablar con las distintas comunidades: darfurianos, somalíes, sudaneses del sur, etíopes e incluso el único refugiado iraní del campo. Recuerdo la cara de incredulidad de algunos de ellos cuando les comentaba que había visitado sus lugares de origen.Diego Fernández Gabaldón (PMA)2011, Mazar e Sharif, Afganistán. La iniciación al deporte nacional afgano comienza a una edad temprana. El Buzkashi consiste en recoger el cuerpo de una cabra sin bajarse del caballo, llevarlo hasta una banderilla ubicada en el fondo del campo y regresar con ella en la mano para depositarla de nuevo en el punto inicial. Después de que un compañero afgano me llevara la primera vez, no pude dejar de asistir a los torneos todos los fines de semana. Digamos que al contemplar a estos jinetes se entienden muchas cosas de la cultura, el orgullo y la fuerza de los afganos.Diego Fernández Gabaldón (PMA)2008, Timor Occidental, Indonesia. Nuestra llegada a pequeñas y remotas poblaciones siempre ocasiona cierto revuelo, sobre todo entre los niños. En la imagen, unos críos juegan con una compañera indonesia poco antes de marcharnos.Diego Fernández Gabaldón (PMA)2014, norte de Kenia. Una imagen que creo que resultó didáctica para los pequeños con los que compartí mi experiencia en un colegio español. Estos niños kenianos habían construido camiones de juguete con los materiales que tenían a mano. En Darfur, donde la presencia de la comunidad humanitaria era palpable, incluso fabricaban todoterrenos y helicópteros…Diego Fernández Gabaldón (PMA)2005, Darfur, Sudán. La pista de aterrizaje de tierra para los aviones y helicópteros que transportaban personal y suministros a Kabkabiya, en Darfur norte, tenía varios usos. Muchos compañeros la usábamos para hacer ejercicio por la tarde, y los niños del pueblo para hacer volar sus cometas meticulosamente construidas con palos y bolsas de plástico.Diego Fernández Gabaldón (PMA)2012, Lago Turkana, Kenia. La llegada a Loiyangalani en el lago Turkana fue una pequeña recompensa después de un agotador viaje de casi 1.000 kilómetros desde Nairobi atravesando el desierto del Chalbi. Para estos niños fue motivo de sorpresa y regocijo, aunque más se sorprendieron cuando decidimos meternos en el lago con ellos…Diego Fernández Gabaldón (PMA)2005, Darfur, Sudán. Fue en África donde se originaron algunos de los juegos de mesa más antiguos del mundo. Uno, cuyo tablero se ha popularizado como objeto de decoración en occidente, es el Mancala. Éste de la imagen se practica en Darfur. Los jugadores solían reunirse en una plaza cercana a mi casa alí.Diego Fernández Gabaldón (PMA)