Gran guitarra flamenca

La de Niño Josele es, efectivamente, una gran guitarra flamenca. El joven tocaor almeriense ha madurado considerablemente, y hoy es un guitarrista cuajado, que no solo posee una técnica perfecta -lo que en flamenco es un mérito de gran magnitud-, sino que además tiene el secreto de la jondura, de ese ritual hondo-jondo tan difícil de conseguir.

En la Suma Flamenca el Niño Josele sonó a la perfección, y además lo hizo casi todo en flamenco. Él es guitarrista dado a frecuentar otros géneros, como el jazz, pero esta noche debió estimar que lo procedente era tocar flamenco. Aún así interpretó su conocida versión de Bill Evans, y lo hizo de manera admirable. Las notas del jazzista sonaron en su guitarra -y en el bajo de Alain Pérez y en las percusiones de Piraña- con una calidad sobresaliente, que hizo vibrar al público. Un público que expresó su entusiasmo constantemente.

El público vibró ante la jondura y la técnica del tocaor almeriense

Niño Josele tocó mucho flamenco. Unas siguiriyas a ritmo rápido, cantadas con buen tino aunque algo nervioso, por David El de la Jacoba, que es muy joven pero que demostró en sus actuaciones poder llegar a ser un cantaor importante. Tiene buen rajo, sentido del compás y canta con gran conocimiento. Habrá que seguir atentamente su trayectoria. Tocó también Josele para baile, en dos temas que hizo Juan de Juan con intensidad extraordinaria, de manera a mi juicio excesiva, pues casi todo su tiempo se empleó en golpear el suelo de manera trepidante, aunque no siempre con buen baile.

La segunda parte del espectáculo ofreció una actuación sorprendente: la de la cantante húngara Marta Sebestyén y su grupo. No puedo decir mucho más porque obviamente no era flamenco, pero me pareció interesante. Ella es una cantante de gran voz, que cambia de tonos y registros constantemente. El grupo empleó, creí entender, instrumentos orginales.