España vista desde un camión

"Yo para ser feliz quiero un camión", cantaban Loquillo y los Trogloditas en los ochenta. La carretera ha inspirado grandes canciones y grandes películas, desde Easy Rider, de Dennis Hopper, a El diablo sobre ruedas, el escalofriante debut cinematográfico de Steven Spielberg. En la España de principios de los años setenta pudimos disfrutar de una excelente serie de carretera, Los camioneros, que a pesar de su corta vida –solo 13 capítulos- despertó en muchos telespectadores la afición por los viajes, los espacios abiertos y los vehículos de gran tonelaje.

Solo los mayores de 45 años recordarán Los camioneros. Producida por Televisión Española, la serie se estrenó el 12 de noviembre de 1973 en la primera cadena -casi en las mismas fechas que Kung Fu y Hawai 5-0 - y duró hasta febrero de 1974. Eran tiempos de cambio en nuestro país y en todo el mundo. En pleno estallido de la crisis del petróleo y con Vietnam todavía en guerra, España vislumbraba el fin de la dictadura, el PSOE elegía secretario general a Felipe González en el congreso de Suresnes y el Barça de Johan Cruyff ganaba la Liga. Las Grecas arrasaban con Te estoy amando locamente en discotecas y chiringuitos de playa, el litro de gasolina costaba menos de 10 pesetas (6 céntimos de euro) y las carreteras nacionales, que solo tenían dos carriles, atravesaban el centro de las ciudades y los pueblos de España.

En este ambiente nació los Los camioneros, un excelente producto televisivo que huele a goma quemada, a fritanga de bar de carretera, a cabina de camión mal ventilada. Sancho Gracia, que poco después saltaría a la fama con Curro Jiménez, da vida a Paco, un joven camionero que recorre la piel de toro a lomos de un Pegaso de cabina cuadrada con un Ducados pegado a la boca. Los camioneros es una obra de culto, una road-movie por entregas de marcado sabor hispano. Rodada en escenarios reales en distintas zonas de la península Ibérica, la serie combina acción, drama y humor para dibujar un retrato costumbrista de la época, en especial de la clase trabajadora. De la mano de Paco comemos y bebemos con otros camioneros en bares de carretera, recordamos sus peripecias en la mili o nos asomamos a los bajos fondos de la España de entonces.

Basta con ver los créditos de inicio para saber que estamos ante un producto de calidad. Al ritmo de la sintonía compuesta por Antón García Abril, la combustión en primer plano de un motor Pegaso de 260 caballos, orgullo de la industria española del tardofranquismo, capta la atención del espectador de inmediato. La serie tuvo éxito fuera de España y, en plena guerra fría, llegó a verse en la desaparecida Checoslovaquia comunista. Incluso ayudó a mejorar la balanza comercial española con la promoción de los camiones Pegaso, cuyas ventas en el extranjero aumentaron tras su emisión. Los camioneros fue publicada hace unos años por TVE en un estuche de 5 DVD y está disponible en tiendas especializadas.